Buenas me ha llamado mucho la atención un tema que se ha difundido en todos los medios de comunicación, en el que se habla de un estudio que defiende que la carne roja puede ocasionar cáncer.
La alerta preventiva que ayer emitió el Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer (CRIC) advirtiendo del riesgo cancerígeno que implica comer carne roja procesasada, en especial productos ahumados, curados o en salazón,
inquietó a miles de ciudadanos, habituales consumidores de salchichas
de frankfurt, beicon frito o chorizo en adobo. El informe del CRIC,
agencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) especializada en el cáncer, distinguió entre el riesgo «probable o limitado» que supone comer carne roja sin más, poco cocinada, y el peligro «probado» de sufrir un tumor de colon en que incurren quienes degustan de forma cotidiana embutidos y conservas cárnicas sazonadas.
La forma de cocinar la carne sería
determinante en la aparición de cánceres digestivos, añadió la
investigación. Al asar las chuletas directamente sobre la llama o en una
superficie a altas temperaturas, indicó el estudio, se producen elementos químicos cancerígenos -hidrocarburos aromáticos y aminas- que se ingieren junto con el alimento.
El trabajo avalado por la OMS, que coincidió con la publicación de un informe de la revista The Lancet Oncology que incidió en los mismos términos, analiza los datos de 800 estudios en los que se investigó el
consumo de carne roja y procesada en diversos países sujetos a dietas
distintas. «Nuestras pruebas proceden de grandes estudios poblacionales
realizados en los últimos 20 años -indicó Christopher Wild, director del
CRIC-. Estos hallazgos inciden en anteriores recomendaciones de salud
pública que ya proponían limitar el consumo de carne roja».
El estudio suscrito por la OMS advierte, no obstante, de que aunque la documentación evaluada es abundante, esta no ha permitido comparar el efecto en el ser humano de
los diferentes tipos de carnes procesadas que existen en el mundo. La
Conselleria de Salut, una vez analizado el documento de la OMS y el
estudio de The Lancet, optó por mantener sus anteriores recomendaciones nutricionales. «Conviene seguir una dieta equilibrada y variada,
en la que predomine la fruta, la verdura y el aceite de oliva -dijo
Carmen Cabezas, subdirectora de Promoció de la Salut-. Sugerimos tomar dos o tres veces por semana carne magra, ya sea de ternera (roja), de pollo o de otras aves, y ocasionalmente, dos o tres veces al mes,
embutidos y carnes procesadas, incluido el jamón serrano». Cabezas
reiteró la imposibilidad actual de comparar científicamente las diversas
formas de carne procesada que se consumen en las distintas zonas el
mundo, ámbito de la OMS.
El estudio del CRIC incluyó la carne roja procesada en el grupo 1 de sustancias definidas por la OMS como cancerígenas para los seres humanos. «Esta clasificación se atribuye a los productos sobre los que hay pruebas convincentes de que el agente aludido causa cáncer», indicaron los autores.
Aunque en ese mismo grupo se encuentran el tabaco y el amianto, los investigadores insistieron en no equiparar las carnes rojas con los cigarrillos.
«No son igual de peligrosos en relación a su potencial carcinogénico»,
puntualizaron. «Nuestra clasificación describe la evidencia de un elemento que causa de cáncer, pero no evalúa el grado de riesgo», añadieron.
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